Pensar, premisa de comunicación antibulo (noviembre 2019)

Ejecutivos, noviembre 2019 [pdf]

Pensar parece un privilegio, a tenor de sus escasos practicantes en ciertos ámbitos de Alta Dirección empresarial, política, social… Crecen los directivos que reconocen la necesidad de reflexión y, cuando hallan unas pocas horas para formarse a fondo, suelen concluir con tres acciones tan paradójicas como efectivas: frenar (por decisión y no por colisión), callar (cuando el ruido aumenta) y restar (todo lo mucho que sobra). Soy muy consciente de que, a priori, atraen más sus opuestos: acelerar, hablar y sumar o multiplicar.

Merece pausada lectura el enjundioso análisis y la detallada descripción de José Antonio Jáuregui en su libro Aprender a pensar con libertad. Por no extenderme, selecciono solo 10 alertas que apunta sobre qué es pensar:

  1. Detectar pistas falsas y errores de bulto disfrazados de verdades incuestionables.
  2. Contemplar los hechos sociales y culturales que tantas sorpresas nos dan con un respeto total a la realidad y a la verdad.
  3. No aceptar como verdadera e intocable ninguna afirmación, aunque venga avalada por la “opinión pública” –que tal vez no sea pública ni opinión–, sin recurrir al análisis racional de los hechos.
  4. Tener en cuenta que no sabemos qué piensa y siente nadie, salvo uno mismo.
  5. Distinguir el acelerador del freno, así como saber acelerar y frenar oportunamente.
  6. Aprender a no disparar sin apuntar.
  7. Distinguir la regla de la excepción y descubrir su estrecha relación.
  8. Distinguir la calidad de una obra literaria de su éxito comercial.
  9. Percatarse de que la letra no entra con sangre, sino con amor. Para conquistar la inteligencia y la atención del estudiante –desde la infancia–, el pedagogo debe ganar primero su corazón.
  10. No confundir el adjetivo con el sustantivo, ni tomar por reales a seres virtuales.
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