Enrique Sueiro
Síntesis divulgativa de la tesis doctoral, Basque Research, 2009
El Dr. Emil von Behring recibió el Premio Nobel en 1901 por hallar el antisuero para la difteria, experimentado en cobayas. Desde entonces, 144 de los 189 Nobel de Medicina, el 76%, recibieron el galardón gracias a investigaciones con animales. Avances médicos decisivos para la humanidad (vacunas, analgésicos, transfusiones, anestesias o trasplantes) se han producido tras las pruebas en animales.
Muestran esta evolución casos como el descubrimiento de la hormona insulina, en 1921, tras los estudios en el páncreas del perro. Aquel hallazgo supuso el Nobel para Frederick G. Banting y John Macleod y, más importante, permite hoy que miles de personas puedan vivir con diabetes en vez de morir por diabetes.
La tesis analiza las posturas de partidarios y opositores de la experimentación con animales. Para ello aproxima los puntos de vista de la mayoría de los científicos, que reclaman la necesidad de la experimentación animal, y autores como Peter Singer o movimientos como People for the Ethical Treatment of Animals (PETA), que se oponen.
Hay que denunciar las aberraciones cometidas contra animales al amparo de la investigación científica. Por eso la tesis incluye casos ocurridos en el pasado de investigadores cuyos métodos para inducir psicopatologías en jóvenes monos revelaban un ensañamiento experimental impropio de la condición humana. Afortunadamente, el actual marco ético-legal, basado en la sensibilización social, excluye y castiga todo tipo de crueldad con animales de experimentación. La ciudadanía necesita información y contexto para entender el poliédrico mundo de la investigación biomédica. Parece razonable encontrar un punto medio entre las reacciones que priman lo emocional y los argumentos que omiten lo afectivo. Gestionar con tino y honestidad las percepciones del público facilita la armonía de datos y emociones, de manera que se concilie respeto hacia los animales y dignidad para las personas.
Un criterio equilibrado es la conocida en el ámbito biomédico como Regla de las 3R: reducir al mínimo necesario el número de animales, reemplazarlos siempre que sea posible por otros métodos fiables de verificación y refinar el trato y las condiciones de los animales de laboratorio. En cuanto a cifras, se estima en 50 millones el número de animales utilizados para investigación al año en todo el mundo. En España, la cifra global ascendió a 595.597 animales en 2005.
La tesis pormenoriza el control legal para investigar con animales en el Reino Unido, el país con la legislación más estricta, y analiza las estadísticas británicas, que muestran un descenso en el número de animales empleados con fines científicos, de 5,5 millones en los años 70 a 3 millones en 2006. Por tipos, se desglosan en ratas, ratones y otros roedores (83%), peces, anfibios, reptiles y pájaros (14%), conejos y otros pequeños mamíferos (0,7%), ovejas, vacas, cerdos y otros grandes mamíferos (1,9%), perros y gatos (0,3%) y monos (0,1%).
Algunas conclusiones muestran que la comunicación de la investigación con animales padece déficit de información y contexto, el criterio de las 3R apenas se conoce en la sociedad, la información determina la opinión de la ciudadanía, hay una corriente de opinión favorable a la transparencia informativa desde el ámbito científico y, finalmente, se están realizando esfuerzos que capaciten a los investigadores para saber comunicar saber.